domingo, 3 de mayo de 2009

Hoja de Reclamación

Cuando me muera, voy a ir a la sección de reclamaciones de donde-quiera-que-sea-que-vaya y me encontraré con el guionista de mi vida, y le diré: "Oye, lo has hecho mal. No sabes nada de timing. Siempre me ponías las mejores cosas a destiempo. No dejabas resolver un conflicto cuando ya aparecía otra cosa. Todo siempre se atravesaba y era a destiempo".

Y él probablemente me mirará y me dirá. "El que no sabe nada de nada eres tú". Y a continuación me dará una disertación sobre como así el drama siempre se intensifica, y los espectadores no pueden dejar la pantalla, porque siempre querrán ver como se sale de una y se mete en otra.

Y sí, tendrá toda la razón, pero yo no dejaré de sentir que las cosas no resultan como quiero porque siempre tienen que estar atravesadas otras.

domingo, 19 de abril de 2009

To everyone who ends up looking at the sky

Ayer estaba leyendo Unlikely, de Jeffrey Brown, otra de esas novelas gráficas que hablan de un amor importante en la vida de su autor. Un subgénero bastante explotado con mayor o menor fortuna en otras obras como I Never Liked You de Chester Brown o Blankets de Craig Thompson, entre muchas, muchas otras. Siempre suelen aparecer en ellas detalles que te tocan. Tal vez no hayas vivido la situación tal y como allí se plantea, pero siempre podrás reconocerte en ciertas cosas que hacen dos personas cuando se conocen, cuando se quieren o cuando se pelean. De ahí sale la cita que titula este post.

Hace unos días salí a caminar por la mañana. Trato de hacerlo porque lo que hago es demasiado pasivo, y moverme un poco me ayuda a pensar con más claridad a despejar la mente y a cansar el cuerpo para poder dormir mejor. Salgo temprano en la mañana porque me gusta la calma y a esa hora no hay todavía demasiada contaminación. A esa hora la ciudad parece otra, aún entredormida, sólo agitada por los que deben madrugar para sus trabajos, viva pero tranquila. Mientras subía por una de las lomas, me topé con un sitio que alguna vez visité con alguien, donde comimos y conversamos y todo parecía ser bastante especial. También pasé por un café, y recordé planes que alguna vez comentamos medio en broma, medio en serio. Como era todavía muy temprano, los locales estaban cerrados. El vacío hacía que todo se viera como un reflejo descafeinado de lo que había en mi recuerdo. Como un álbum de fotos viejas, en donde la memoria no se corresponde del todo con lo que ves.

Me pregunté por qué rayos sufres cuando terminas con alguien. Por qué tiene que ser así, si ya has llegado a un punto en el que suele ser lo mejor que puedes hacer, y por tanto debería ser un alivio puro, no una mezcla de sentimientos. Pensé que tal vez sería porque cuando estás con alguien empiezas a soñar, a construir algo que quisieras cumplir a su lado en un futuro. Pero los sueños son muy etéreos, más livianos que el aire, y por tanto, tienden a salir volando con mucha facilidad. Hay que agarrarlos, encerrarlos en globitos tal vez, y sujetarlos con un cordón mientras los cumples. A medida que va pasando el tiempo, vas acumulando globitos, cada uno con un sueño dentro. Y cuando llega el momento de la despedida, esos globos se te escapan de las manos y vuelan, dejándote un poco vacío, esperando a que vuelvas a recomponerte y encuentres unos nuevos, tuyos propios o compartidos con alguien.

Una amiga me dijo en estos días "Estás muy heart broken". No, no es eso. Es sólo la persistencia de ciertos recuerdos que aún deben de ser borrados. O en su defecto, deben acabar de convertirse en esas fotos ajadas que pueblan los álbumes que de tiempo en tiempo sacamos del armario.











Un regalo bonito que alguna vez me hicieron.

lunes, 30 de marzo de 2009

Como una escalera de caracol en zigzag

Mucha gente escucha música sólo por la melodía. Está claro que este debe ser el principal aliciente. Si la música es mala, para qué oírla por más buenas que sean las letras. Sería mejor leer libros, poemas, recetas de cocina o cualquier otra cosa. Pero para mí, las letras son un añadido muy importante. Insisto, la música es lo principal, pero no quiero seguir oyendo letras poco imaginativas, sin sentimiento real, que hablen de bobadas cotidianas. Yo quiero ver las cosas de mi vida bajo otra luz, agrandadas o hechas insignificantes, pero no con la rutina del carente de talento y sentimiento. Hay un detalle curioso al respecto. Aunque me dedico a descubrir discos nuevos por placer, suelo volver a otros viejos, a recordar temas empolvados, a encontrarme con canciones olvidadas. Y es un hecho curioso el que algunas canciones acaben volviendo justo en el momento indicado. Tal vez sea el subconsciente el que las traiga a colación a medida que repasa eventos presentes y los relaciona con otros pasados. Tal vez sea una conspiración divina. O tal vez solo casualidad. Como con todos estos temas, suelo ser tan paranoico como escéptico. Creo y no creo, pero en últimas simplemente observo divertido.

He estado introspectivo las últimas semanas, bastante alejado de la realidad, muy ensimismado (¿enmimismado?). Eso me ha puesto algo huraño, porque las cosas que me sacan de ese extraño y lejano lugar, suelen parecerme nimias y poco merecedoras de mi atención, aunque no sea así en verdad, y acabo por ponerme algo irritable e intolerante. Es una sensación agradable por momentos, porque es como entrar a una biblioteca repleta de volúmenes por descubrir. Ves tus pensamientos pasar, y captas detalles suyos que no sueles agarrar normalmente. Por supuesto, la realidad pasa a un segundo plano, pero el torrente de ideas es imparable. El problema es que cualquier detalle te parece inicialmente importante, pero sólo es un chispazo, no necesariamente un germen de historia, sino tal vez una pincelada para retocar un personaje o una situación. Y como abundan esas ideas pequeñas, acabas por dejar pasar muchas, porque en verdad no puedes ponerle atención a todas. Y por supuesto el hecho de vivir en otra dimensión acaba por alejarte de todo, así que es mejor proponérselo y aterrizar a la fuerza, así sea sólo un rato.

Y luego está ese problema de la irritabilidad. Alguien me dijo alguna vez que "existía sin esfuerzo", un halago bastante original y que me gustó mucho. Pero el fin de semana, luego de verme en un arrebato de ira (suena peor de lo que fue) me dijo que ya no lo hacía. ¡Ups! Bueno, parece que soy humano después de todo...

Y es que en verdad sólo soy un tipo más, interesado en los mismos temas aburridos que todo el mundo: la naturaleza de la realidad, los sueños lúcidos y las musarañas. Ah, ¿que no son los de todo el mundo? Yo pensaba...

sábado, 7 de marzo de 2009

...

Si supuestamente tengo lo que quiero, ¿por qué hay un sabor amargo en mi boca?

miércoles, 4 de marzo de 2009

Creative juices begin to flow again

Algo te pica. Te incomoda. Necesitas sacártelo de tu sistema porque se siente correr por tus venas. Empiezas a juguetear con ello, a darle vueltas, a mirarlo por todos lados. Cada vez crece más hasta que tienes que convertirlo en algo tangible. Entonces enfocas toda tu atención en ello. Ya no existe nada más aparte de eso. Te obsesiona, incluso llegas a odiarlo por momentos. Te preguntas por qué diablos te metiste en eso. Te desgasta, te drena de energía y al final quedas exhausto. Quieres olvidarte de ello, pero igual no puedes. Si acaso bajas el ritmo, porque tienes que acabar de pulirlo después de haber creado algo medianamente coherente. Y continúas. Todo lo demás se te olvida. Esto es tu centro ahora. Luego lo terminas. Te preguntas si no es un poco absurdo meterse en problemas para resolverlos y creer que haces algo valioso. Pero parece que a la gente le gusta. Y para qué, a pesar de todo encuentras que eso define tu vida. Y que a pesar del sufrimiento y el encarte de embarcarte en una empresa descabellada... vale la pena.

Pero el dique queda seco. Parece que ya no tienes nada qué decir. Bajas a la tierra de nuevo y, aunque no lo sabes, estás recargando baterías. Por dentro el desorden empieza a acumularse de nuevo. Hasta que, otra vez, tomas notas, te abstraes en las nubes y la incomodidad empieza otra vez.

Y en esas estamos. Y por eso, luego de parecer Desaparecido en Combate, otra vez aquí estamos.

sábado, 28 de febrero de 2009

Misterio sin resolver

Anoche fue una de esas noches en las que todas estaban lindas. La pregunta es: ¿son ellas o soy yo?

lunes, 2 de febrero de 2009

domingo, 1 de febrero de 2009

Incoherencias incomprensibles



Todo termina. Te sientes extraño. Regresando al mundo real, donde a veces no sientes cabida del todo. El afán, la agitación, la velocidad... todo disminuye y lo agradeces, pero te queda la sensación de que todo sigue siendo en vano, que sólo es un pasatiempo para entretenerse. Igual sólo queda continuar jugando y divirtiéndose, e ingeniárselas para inventarse uno nuevo para hacer más llevadera la existencia. Truffaut lo dijo en La Noche Americana: no somos personas normales, sólo somos felices realmente cuando estamos rodando. Tal vez sea así. Y la página pasa, el camino sigue, sin saber qué se esconde tras la próxima esquina. Todo cambia, no sabes bien si eso que sientes hoy seguirá sintiéndose mañana. Pero está bien. Hay sorpresas por encontrar. No, no estás ahí todavía, pero sé que podrías estarlo pronto. Los caminos se bifurcan, y se alejan, pero así ha de ser.

En medio de esta melancolía me siento extrañamente bien...

domingo, 25 de enero de 2009

Ocupado ando

Sí, en muchas cosas que tengo pendientes, pero para no abandonar del todo el blog, aquí les va una selección de clásicos de hace mucho tiempo. Puede que hacia el final se cambie un poco de época, pero, ah, qué importa... Todas son buenas canciones.

domingo, 18 de enero de 2009

Cosa de locos

Una vez, mientras hacía fila para entrar a cine, la chica que estaba delante conversaba con su amiga, y decía algo impactante, más o menos así:

"Yo soy tan obsesiva con el cine, que a veces, cuando me gusta una película, me la veo dos veces"

¿Verse una película dos veces? Uau. Sí que debe ser obsesiva, ¿no?